Levamos unos días de viento, que para salir a la calle, casi hay que pensar en meterse piedras en los bolsillos, para que no salir volando como una cometa.
Esta mañana con un frío que pela y con nieve en las montañas de alrededor , nuestro amigo Rodolfo pensó que era una buena idea salir a darse una vuelta por el jardín. Hacía sol y los jilgueros, los gorriones y los verderones que viven en el pinsapo,no dejan de gorjear y jugar, están en "su casa" y todo ello entra en lo aprendido de sus antepasados, para mantener su familia, su territorio.
Pues bien Rodolfo, como ya hemos dicho, sacó su cuerpecillo de la concha, se estiró y comenzó a deslizarse por el césped, camino de las losetas, gira sus cuernecillos a derecha e izquierda..... no sabe para donde tirar, le encanta el cielo grisáceo pero los granizos no le hacen tanta gracia y puede que granice y
¡ las acelgas están tan frondosas y tiernas ! que se lo piensa antes de dejar su cobijo.
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