Por orden, Ángela, Paula, Irene, Celia, Elvira y Estrella. Estas son mis nietas, a las que con todo cariño dedico este blog.


miércoles, 17 de abril de 2013

RODOLFO

Erase una vez unas niñas que esperaban con ilusión la llegada de la primavera.
El invierno había sido muy frío y lluvioso. Hasta la nieve, en tres ocasiones, había pintado de blanco los árboles, los tejados de las casas, el césped y el jardín.
Con el buen tiempo empezaban a florecer todas las plantas, los árboles comenzaban a echar sus hojas y las abejas, los saltamontes, las avispas, los gorriones, los mirlos y la pareja de verderones que hacían sus nidos en el pinsapo, estaban dedicados a sus idas y venidas, buscando los materiales con los que iban a hacer su nido.
Las niñas deseaban llegar para ver si entre las margaritas y las acelgas, encontraban a Rodolfo. ¡Ah! No lo he dicho. Rodolfo es el papá de una familia de caracoles que a todas les gusta buscar y observar, cuando se mueve por las losetas, sube por las hojas de las acelgas, por la pared y con sus cuernecillos detecta si puede emprender su aventura y paseo, o se esconde en su concha o casita para que nadie lo importune.
Rodofo es como la mascota del jardín de los abuelitos, y cuando lo vemos salir a saludarnos, estamos contentas, porque sin él, el jardín no es lo mismo.


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