Un día de esos Isnaji se hizo la valiente y quiso "darse una vuelta". Angargo estaba molesto y preocupado por temor de que le pasará algo, pero claro, sabía por experiencia que cuando Isnaji tomaba una decisión, no lo pensaba dos veces. ( Y sí no, ¡ A ver por qué estaban en el jardín de los abuelitos! ).
Cuando Isnaji volvió tenía mala carilla, no paraba de tiritar y por más que Angargo la acurrucaba, ella se iba sintiendo peor. Pasaron un par de días y nada. Todos en el jardín estaban preocupados y se pedían consejo unos a otros ¿qué podemos darle como medicina?. Las medicinas de los humanos no les valen , los Humperanos se curan con flores y plantas ¿pero de todas las del jardín que será lo mejor? Se preguntaban.
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