No pudieron venir todos, pero si había una buena representación de cada una de las familias.
Paseo, cervecilla, juegos para los niños y anécdotas para recordar.
Lo peor fue el problema de los cohetes y petardos, que algunos niños no lo llevaban demasiado bien.
En conjunto un día magnífico y todos pusieron de su parte para que nos sintiéramos agusto y con ganas de repetir.
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