Había una vez unos padres que tenían tres hijos. Casi todos los domingos salía toda la familia al campo y mientras caminaban, su papá les iba contando por qué unas plantas tenían hojas todo el año y otras, solo desde primavera hasta que comenzaba el frío. También lo hacia con respecto a los animalillos. a las plantas que había en los sembrados, el río o riachuelo de la zona, las montañas que se veían a lo lejos y muchas cosas más, que interesaba a los tres hermano y de este modo motivaba su curiosidad para que observaran y le hicieran preguntas.
De los tres una de las niñas era la más observadora y la que más pronto veía si había una mariquita entre las hojas o si entre las flores había una que los pétalos tenían un colorido especial.
Una mañana de domingo, se montaron en el coche y toda la familia se fueron a ver los castaños, los helechos que crecían en la orilla del riachuelo y divisar la nieve a lo lejos, pues lo que había sido lluvia en su pueblo ya era nieve en la sierra. Estuvieron andando y charlando hasta que quisieron jugar en la orilla de río, lanzar unas piedras para ver cuantos saltos daban, construir con los tallos huecos un desvió de agua o buscar piedras bonitas con forma curiosa, para en la casa decorarlas, total ¡ una mañana estupenda!.
En eso estaban, cuando la mas observadora, entre los matas y los juncos creyó ver algo especial, no una ranilla o un pez, sino un ser fantástico que se parecía a su papá, pero en miniatura, No dijo nada a los demás, solo se acercó y vio que le sonreía y parecía que le quería decir algo. Su nombre era Angargo, pertenecía a la familia de los humperanos y la característica que los definía mejor, era que su rostro se adecuaba a las facciones familiares de aquella persona a la que se hacían visibles y le contó que estaban observandolos cada vez que iban por allí y así habían visto que de ellos si se podía fiar y dejarse ver, puesto que respetaban la naturaleza. La niña no daba crédito a lo que estaba VIENDO, A LO QUE ESTABA SUCEDIENDO y antes de despedirse otra carilla con un rostro parecido a su mamá se le acerco y se le presento diciendo."Me llamo Isnaji y esperamos verte por aquí otro día y te contaremos cosas de nuestro pueblo, pues niños como vosotros curiosos,cuidadosos y que les guste pasear y conversar con sus papás son nuestros únicos amigos"
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