Por orden, Ángela, Paula, Irene, Celia, Elvira y Estrella. Estas son mis nietas, a las que con todo cariño dedico este blog.


viernes, 14 de junio de 2013

AMIGOS ESPECIALES

Había una vez unos padres que tenían tres hijos. Casi todos los domingos salía toda la familia al campo y mientras caminaban, su papá les iba contando por qué unas plantas tenían hojas todo el año y otras, solo desde primavera hasta que comenzaba el frío. También lo hacia con respecto a los animalillos. a las plantas que había en los sembrados, el río o riachuelo de la zona, las montañas que se veían a lo lejos y muchas cosas más, que interesaba a los tres hermano y de este modo motivaba su curiosidad para que observaran y le  hicieran preguntas.
De los tres una de las niñas era la más observadora y la que más pronto veía si había una mariquita entre las hojas o si entre las flores había una que los pétalos tenían un colorido especial.
   Una mañana de domingo, se montaron en el coche y toda la familia se fueron a ver los castaños, los helechos que crecían en la orilla del riachuelo y divisar la nieve a lo lejos, pues lo que había sido lluvia en su pueblo ya era nieve en la sierra. Estuvieron andando y charlando hasta que quisieron jugar en la orilla de río, lanzar unas piedras para ver cuantos saltos daban, construir con los tallos huecos un desvió de agua o buscar piedras bonitas con forma curiosa, para en la casa decorarlas, total ¡ una mañana estupenda!.
  En eso estaban, cuando la mas observadora, entre los matas y los juncos creyó ver algo especial,  no una ranilla o un pez, sino un ser fantástico que se parecía a su papá, pero en miniatura, No dijo nada a los demás, solo se acercó y vio que le sonreía y parecía que le quería decir algo. Su nombre era Angargo, pertenecía a la familia de los humperanos y la característica que los definía mejor, era que su rostro se adecuaba a las facciones familiares de aquella persona a la que se hacían visibles y le contó que estaban observandolos cada vez que iban por allí y así habían visto que de ellos si se podía fiar y dejarse ver, puesto que respetaban la naturaleza. La niña no daba crédito a lo que estaba VIENDO, A LO QUE ESTABA SUCEDIENDO y antes de despedirse otra carilla con un rostro parecido a su mamá se le acerco y se le presento diciendo."Me llamo Isnaji y esperamos verte por aquí otro día y te contaremos cosas de nuestro pueblo, pues niños como vosotros curiosos,cuidadosos y que les guste pasear y conversar con sus papás son nuestros únicos amigos"
 

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